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Bienvenidos a La Palestra Noticias, la revista cultural de La Palestra Ediciones, donde encontrarás notas y entrevistas a aquellas personas apasionadas por su disciplina: Cultura Deporte, Literatura, Viajando, Astrología y Corpore Sano son nuestras secciones.  

marzo 2021

¿Cómo te fue en la cuarentena?

Reseña literaria de #QuedateEnCasa

¿Qué se despierta en vos cuando pensás «2020»? ¿Con qué palabra describirías a ese año?

En #QuedateEnCasa, relatos de pandemia, las palabras que se destaca en la nube de palabras del libro son: «Tiempo», luego «si» (el condicional), «día» y «vez». Y suena lógico cuando nos enteramos que estos relatos fueron escritos durante la gran última pandemia que azotó a la humanidad.

Son sesenta relatos agrupados en tres subtítulos. Cuando pregunté sobre el criterio de la división (nada es aleatorio en esta vida) Florencia Agrasar y Marimé Arancet, dos de las escritoras a quienes entrevistamos en el programa de radio «Saltar a La Palestra», nos contaron que, cuando pensaron en qué fue lo que los había atravesado durante la cuarentena, se dieron cuenta de que para todos había sido el tiempo, la proyección del paso del tiempo. Algo muy disruptivo y muy diferente para cada uno. «Para algunos fue un chicle y para otros, no —contaba Florencia —. El día se llenó de un montón de cosas que nunca habías probado hacer, empezamos a hacer compost, a hacer una huerta, a hacer un montón de cosas porque teníamos más tiempo en casa. Realmente se hizo muy relativa esa percepción». Sin embargo, más allá de la percepción, cuando hablamos de tiempo también hablamos de ciclos. Florencia contó que fue Marimé la que planteaba que todo lo que es un inicio, es también un final: «todo lo que empieza es porque terminó algo» decía. Entonces, decidieron poner el foco en algo concreto: debajo del primer subtítulo, aquellos relatos en los que algo comienza (Días de inicio); debajo del segundo: los procesos (Momentos de cambio) y debajo del último, aquellas historias donde algo se termina (Tiempos de final).

Todo comenzó con el Mundial de escritura y el desafío que planteó: durante quince días escribir quince relatos. Amigas desde la universidad, una propuso competir como equipo y el resto fue sumándose acompañando la moción. Florencia Agrasar, Marimé Arancer Ruda, Rita Corigliano, Graciela Cutuli, Mabel Fuzzi, Victoria Rossi y Teresa Téremo se conocieron hace casi treinta años mientras cursaban la carrera de Letras; Pierre Dumas y Julio Aranovich son compañeros de vida, maridos de unas, amigos de las otras, que en algún momento de esos treinta años se sumaron al grupo.

Fue muy divirtió, a medida que avanzaba en los relatos, ir reconociendo las consignar de aquél mundial que a veces me hicieron doler la cabeza y los dedos tecleando letras aleatoriamente esperando la aparición de la palabra precisa. De los relatos leídos destaco el cuento «La loba feroz» de Graciela Cutuli. Recordé que la propuesta había sido de Florencia Espeche y desafiaba a escribir una historia en el que se rompiera el arquetipo de la abuela buena, la de los bolsillos cargados de caramelos, la del corazón blando, repleta de historias y aroma a torta recién horneada…, la bondad encarnada en una anciana simpática. La consigna dictaba que fuera el lobo feroz. Me sorprendió que la ferocidad de la abuela de Graciela no estaba tanto en la hijaputez de sus acciones y comentarios, sino en el injusto ensañamiento hacia uno solo de sus nietos: «No, no, nada de eso. Mi abuela no era “el” lobo feroz. Mi abuela era “mi” lobo feroz», así comienza el relato cuya lectura (los autores) recomiendan hacerla escuchando Escondite de Los Cocineros. Esto es otra sorpresa más que tiene el libro: cada relato está acompañado con un tema de música especialmente propuesto y seleccionado por el grupo. La idea surgió de la voz  de «the one and only» (en palabras de Marimé), Pierre Dumas (pueden seguir la playlist en Spotify).

Aprovechando la entrevista, les pregunté a ambas por sus historias preferidas: «El hijo» de Flor, «Misterio chino» de Teresa Téramo, «A quien corresponda» de Marimé fueron algunos de los títulos que nombraron. La verdad es que son muchos los relatos que dejaron repiqueteando dentro de mí una idea, una emoción… un algo en qué pensar; historias que, aunque pasen los días, siguen surgiendo en la mente como volutas de humo: etéreas y concretas. A las que ya se nombraron, agregaría: «Manos ásperas» de Mabel Fuzzi, «Chicos malos, luces buenas» de Teresa Téramo, «Loser» de Florencia Agrasar, «Los forti» de Rita Corigliano… 

Hay relatos para todos los gustos y, con el pasar de las páginas, vamos reconociendo en cada uno lo propio de cada escritor: sus temas y sus estilos.

Un tema significativo que, si bien no aparece de forma constante en las historias, sí está presente en el libro, es el de la amistad, y está planteado desde el prólogo (escrito por una, firmado por todos):

«La historia de esta colección de escritos, tan heterogéneos como nosotros mismos, no empieza en 2020 en nuestras respectivas casas, sujetos al ya famoso “aislamiento social, preventivo y obligatorio” que impuso la pandemia de coronavirus en casi todo el mundo, sino muchos años antes en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica Argentina.

 

Aquella época inolvidable de intenso estudio nos dejó pilas de apuntes, bibliotecas en constante expansión, sueños juveniles a veces cumplidos y a veces aún no revelados, anécdotas desopilantes, noches de brindis y una amistad inquebrantable que fue mutando y creciendo a medida que mutaban y crecían nuestras vidas personales».

En un año que fue complejo, difícil, bizarro, disruptivo, apocalíptico, con sus cosas buenas y malas (como todos los años), quedó en evidencia que «la amistad es otra cosa que salva, no solo el arte» como declaró Florencia durante la entrevista.

Para este grupo de amigos, este libro es el comienzo de una aventura, de un nuevo juego literario que ya tiene un Instagram @pandemiadeautores donde siguen compartiendo relatos. Y, se rumorea, una próxima publicación de un segundo libro que probablemente —decía Flor entre risas—se llame #SeguimosEnCasa.

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